mequierovivir
martes, 31 de mayo de 2011
Una niña de carboncillo que juega con un mar de acuarela, un bosque troquelado que lo desforestan, un cuento de miedos, postales en blanco y negro, cámaras que hacen click, vinilos de capricho y moleskines. Todo esa montaña de artificios se esconden en una nueva librería en la ciudad. Ha sido como encontrar un trébol de cuatro hojas en un aparcamiento. En su puesto de la Feria del Libro he enseñado a mi hijo a marcar en un teléfono con disco. La librería estaba a unos pasos, ni se le ve la cara. Mequierovivir está escondida tras un andamio. Bienvenidas. Hace falta mucha maravilla por este pueblo.
Envuelven los libros de esta guisa. Con una leyenda: |
NO VEMOS LAS COSAS COMO SON. LAS VEMOS COMO SOMOS.
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