Estado de sitio

martes, 26 de julio de 2011

Decía Jorge Nagore en un artículo de marzo del 2008, cuando llevábamos unos diez días a remojo, que había bajado al pescatero a pedirle el raspador para deshacerse de las escamas. Yo lo que pediría ahora, y no soy violenta, es un bazooka para emprederla a trabucazos con el cielo. No es de recibo, el mes de vacaciones no tiene por qué ser perfecto, ya todo el mes sin pareja lo excluye de la categoría, (¿con quién discutir?); pero tener un solo día por encima de los 30º en todo julio es para arrancarse las venas con un quitagrapas. Levantarse a 11º y ponerse los calcetines ya no tiene nombre. ¿Le extraña a alguien que me haya dado a las tetralogías de fantasía?. A mí me extraña que no le haya dado a algo más duro, como Corín Tellado o así. No recuerdo qué era llevar sandalias. Tengo musgo en las orejas. Llevo un polar puesto. Así, da miedo atacar la isla Sukkwan, pero algo tenemos que planear, porque agosto es muy largo y curramos de mañana, como la biblioteca, y ya ha empezado el estado de sitio. Cobijad a los niños, apilad la leña. Hay que consumir lo que tenemos a nuestro alcance: lo mismo puede ser una cena de Koch que unos cuentos japoneses. A saber qué terminaremos echando al buche. Al otro lado de la empalizada espera un cielo plomizo hasta la extenuación y con su ladrillo, como siempre, vigila Franzen.


2 comentarios:

Yvette 26/7/11, 12:31  

¡Deja a Sukkwan por ahora! Te envío cualquier otra cosa (con un rayito de sol).

Deborahlibros 26/7/11, 13:34  

Sí, mándame uno, por fa, mira que en el Mediterráneo os sobran... sois unos acaparadores...¡Un abrazo!

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