En la rama
martes, 4 de enero de 2011
Estaba yo dejando de matarme mientras un hostelero de Otxandio va y llama a la prensa para que tomen nota de cómo revienta la máquina de tabaco de su sidrería a mazazos; resulta que ahora los fumadores antes de visitar a los enfermos meten en el bolso el paquete de Lucky, el mechero y la cinta métrica, no vaya a ser que calculen mal las baldosas de distancia y acaben en el trullo. Y cuando creíamos que la abuela ya no iba a parir gemelos sale a la palestra un alcalde diciendo que denunciar a fumadores le recuerda al Holocausto. No es fácil dejar de matarse, y menos con tanto tarugo suelto. De momento sigo sobreviviéndome, apretando los dientes, inflando los carrillos, sudando la gota gorda... pero quieta, muy quieta en la rama.
Diario de Noticias 2-01-2011
0 comentarios:
Publicar un comentario