Ayer no leí
sábado, 30 de julio de 2011
Ni una línea. Ayer abrí el último regalo de cumpleaños. Y cumplo en febrero. Resulta que era rubio y de ojos azules y lo volvimos a ver en la misma ciudad, veintitrés años después. El regalo es emocionarse con las canciones que marcaron tu adolescencia y primera juventud con la misma persona, rematadas por una de los Beatles en directo bailada y gritada por 32.000 almas. Algunos cumpleaños duran cinco meses...y hay sonrisas que no cambian nunca. Gracias, hermana.
Baby, you're gonna miss me when I'm gone... God, I already am.
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