Amarres

Hace cinco años que empecé a musguear por la red. Pronto rastreé los blogs de reseñas literarias o de opinión sobre libros, póngase la etiqueta que se desee, de los que poder sacar ideas de lectura, en los que comentar jugadas bibliográficas o reírme con "deconstrucciones" de libros por parte de lenguas afiladas. Todos terminaban en las estrellitas del navegador. Pasaba mi ratón de puntillas por blogs de creación literaria. Que si subo un microrrelato, que si subo un poema, que si subo mi última anotación de después de la siesta. Simplemente no me interesaba. Pero la red no para, es esa mancha densa que no termina nunca de expandirse y al moverse te pone en tu sitio, a empujones: terminé recalando más de una vez en los microrrelatos de Gabriel, en las fotos de Nadia, o en los ¡cómics! de Grant, entre otros amarres. No esperaba entonces que me fuese a enganchar -con diligencia drogadicta- a una especie de culebrón castizo por entregas de historias talegarias y rurales de mujeres en la posguerra que hace Ana. Eso sí que no lo tenía previsto, y ya vamos por el capítulo XI y subiendo. Sorpresas te dan los puertos.   

Pasai Donibane. Fuente: Flickr de Inés