Biblos
miércoles, 10 de agosto de 2011
Así se llamaba una librería a la que mi padre me llevó una tarde noche de febrero en los noventa y me dijo: elige. ¿Cualquiera? -no me lo podía creer- . Cualquiera.
La obra completa de Lorca en tres volúmenes, en una edición de enamorar
fue el inicio de una bonita relación con Biblos. La O.C. de Lope de
Vega, Miguel Hernández y un Quijote, EL Quijote, en edición limitada con ilustraciones de Doré en cuatro volúmenes cayeron por el
camino. La biblioteca la empecé a visitar y valorar mucho más tarde.
Pero Biblos no existe hace años y las bibliotecas aguantan la que está
cayendo a pesar de sus gestores, de las amenazas de extinción y de la
ignorancia del no tan respetable. Ahora ni mi padre ni yo podríamos
hacer aquello, pero podemos acceder a los libros gracias a esas salas
que atesoran -entre otras muchas cosas- la diferencia entre una sociedad civilizada y el caos. Que
lean. Que lean todos.
Biblioteca de Estocolmo |
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