A las puertas del santuario

Me he picado lo suficiente para atreverme a hincarle el diente a don Guillermo. El aperitivo al mundo sureño de Faulkner me lo ha servido McCullers, que algo me dice que podría ser su hermana pequeña literariamente hablando, así que me he animado a conocer al hermano mayor. Lo que no esperaba era encontrar en el volumen de Santuario -parece que su novela más bestia, ¿para qué empezar con paños calientes?- un prólogo del señor Vargas Llosa para ponerle un "marquico" y, directamente, colgarlo en la pared. Arranco dos citas sobre la forma y el estilo que me valen para usarlas de forma generalizada: 

"En toda novela es la forma -el estilo en que está escrita y el orden en que aparece lo contado- lo que decide la riqueza o pobreza, la profundidad o trivialidad de su historia"

"Cuando un novelista consigue que su novela transmita al lector esa sensación perentoria, inapelable, de que aquello que cuenta sólo podía ocurrir así -ser contado así- ha triunfado en toda la línea". 

William Faulkner Photographed at Rowan Oak in 1947 by Henri Cartier-Bresson
Fuente: http://english.olemiss.edu/