Poesía es Wislawa.
domingo, 8 de abril de 2012
No reseño poesía. Leerla la leo desde que era cría, pero meterme en jardines selváticos tales como comentar lírica, así, en mi tempo libre, como que no. Siento que la desguazaría, prefiero leerla, que es cuando está viva, y no hacerle una trepanación comentando la jugada. Eso lo hice sólo cuando me obligaron. ¿Autores?, otro problema; me quedé congelada en el primer cuarto del siglo XX. Como si al llegar a ese punto hubiera un acantilado inmenso y lo demás... fueran dragones. Comportamiento exactamente inverso al que tengo con la novela. Hice una incursión excéntrica en el nuevo mundo lírico comprando un libro de un señor llamado Alejandro Céspedes, quien no sé si sigue escribiendo, ni qué hace, ni lo voy a mirar en Internet. Me gustó un libro de poemas suyo y punto. De ahí, como he dicho, todo hacia atrás. Cuando me da el siroco agarro a Neruda -o a Lorca, Baudelaire, Whitman o a Quevedo- y se me aplaca la ansiedad. A esta mujer me la habían mentado antes, y sabía de sus galardones, pero no ha sido hasta leer un poema suyo colgado por un bloguero mexicano (a quien le deberé siempre el honor del encuentro) cuando he sentido que volvía a casa. Que los dragones no existen y los acantilados se diluyen. Gracias Szymborska.
1 comentarios:
Yo la descubrí cuando ganó el Nobel, leí escéptica un poema suyo en el periódico y desde ese día siempre hay poemas suyos rondando por mi mesilla. Es fantástica.
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