Seré el pescador
viernes, 20 de julio de 2012
Continúa la travesía, por el presunto verano y por la espera de guillotina. Lo primero, porque estamos a 16ºC aunque en Sevilla estén cociéndose y sea portada de telediarios, tengo un puto dejá vú con respecto al año pasado que no se me calientan los pies ni a tiros. Lo segundo porque este viernes acabamos de cumplir un mes sin saber si el Gobierno de Navarra se va a cargar con las tijeras lo que no está en los escritos, incluyendo, de rebote, el curro de quien suscribe. Ilusa de mí, pensé que parirían antes. Así que con la coartada me he dado a la lectura y al tabaco. También me he echado a la calle, como muchos, pero con el sabor amargo de la manipulación. Una manifestación encabezada por el mangarrián de turno era la única opción que tenía ayer en este pueblo que sólo sabe echarse a la calle en masa -eso sí, ahí no nos gana nadie- para organizar la madre de todas las juergas. Para todo lo demás, polarización y Master Card. Pero he visto Madrid, y he visto Barcelona, hasta he visto Valencia y (el gran) Bilbao, y casi pienso que sí, que #sísepuede.
Well I know I will be loosened
From bonds that hold me fast
That the chains all hung around me
Will fall away at last
And on that fine and fateful day
I will take me in my hands
I will ride on the train
I will be the fisherman
With light in my head
You in my arms
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