Evasión o victoria
miércoles, 6 de febrero de 2013
Se lo dije hace años al panadero del barrio, cuando yo tenía un barrio: lo que Dios no me dió con el "marío", me lo compensó con la suegra. Y el tío se me chinó: Pero, qué dices, chiquilla. (Lo de "chiquilla" da el contexto histórico) Y es que la mía debe ser la excepción que confirma la regla. No es que tenga un txoko en el cielo ya ganado, es que a la buena mujer le están montando un hotel de lujo con todo incluido para ella sola. Las cincuenta y cuatro pantallas de menú principal que le ha dejado su hijo en el Kindle recién regalado son prueba irrefutable. Ni una miserable clasificación. Búscate la vida en el orden alfabético, mamá. Lo que no se puede negar es el buen momento en el que le ha llegado el lote de libros, porque si en épocas anteriores la llamada "literatura de evasión" echaba un cable al respetable para olvidarse de sus miserias, en estos momentos el Kindle debería llevar incluidos la guía de usuario, un par de diccionarios y un billete para Islandia. Sólo ida, gracias. Es lo mínimo, Amazon. Ni con dos toneladas de material pirateado de primera calidad conseguiríamos olvidar la que está cayendo: este injusto empobrecimiento de nuestra paciencia.
Gora Iceland.
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