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lunes, 17 de febrero de 2014
Enero fue un mes difícil para conseguir huecos para leer. Remontar en febrero ha sido más complicado debido a las elecciones realizadas. Sólo Yuri Herrera y una (buena) novela gráfica han salvado los muebles. Aunque no consigo dilucidar hasta qué punto la culpa está en los libros o en servidora:
Caso 1: Trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Igual te vas a Nueva York y estás a tope. Te alicatas una bibliografía y el primero que abres resulta ser el primer libro que tocas de Paul Auster. En la página dos llaman al teléfono, el protagonista coge y le preguntan ¿Está Paul Auster?. Mal, no, peor. Que no está. Que se han confundido. En la página 4 vuelven a llamar. Que si está Paul Auster, que tenemos que quedar. Vale, venga, pelma, no soy Paul Auster pero ya quedamos y me dejas de dar la vara. Para alguien alérgico a la metaliteratura esto es una sobredosis. Agur Paul Auster. Con paz de Dios.
Caso 2: Gilead, de Marilynne Robinson. Hablando de Dios. Recomendado vivamente por una buena amiga. Comprado en navidades. Que si prosa fluida. Delicadeza, nueva voz de las letras estadounidenses y premio Pulitzer. Vamos allá. Carta de un reverendo que va a morir a su hijo de 12 años, para que la lea cuando sea mayor. Todo alegrías, sí. Fluir, fluyen los bautizos y los sermones como las truchas por el Ultzama. Y aquella pinza que se le cayó a mi madre cuando recogía la colada. Un jolgorio. Y qué bien que existes, hijo mío, y que me voy a morir -no somos nada- y no te veré crecer. Y qué bonito es Iowa al atardecer. No-pue-do-más.
¿Seré yo? ¿Por qué lo único que ha conseguido atraer mi atención mínimamente este fin de semana ha sido el "Eichmann" de Hanna Arendt que tenía aparcado y sus disquisiciones sobre la dicotomía "payaso sí/monstruo no" de los oficiales nazis a cargo de la Solución Final?. ¿Tendré jodido el disco duro?.
2 comentarios:
Casi me meo con lo de Paul Auster xD (y mira que a mi me gustó)
Cerrado para siempre, esto no es para mí, llevo mal estas cosas de cargarse la cuarta pared, cuestión de gustos.
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