Tsundoku
lunes, 24 de febrero de 2014
Hola, me llamo Déborah y le pego al tsundoku. He descubierto en Twitter el diagnóstico de mi mal gracias a la milenaria cultura japonesa, y aunque me resulte fascinante que tengan una palabra para esto, me empiezo a preocupar. Parece ser que tsundoku es comprar libros y luego no leerlos, creando pilas de libros a tu alrededor en espera de ser abiertos. Es muy chungo hacer el tsundoku porque genera un resquemor y un sentimiento de culpabilidad de aúpa. Te corroe la sensación de padecer un síndrome de Diógenes bibliófilo. Por mi propio historial médico sé que sólo se pasa arrancando alguno de la pila y leyéndolo en plan kamikaze. La crisis, el precio de los libros o la falta de espacio también pueden aliviar algo el mal rollo que da ver libros que compraste y no has abierto o que al abrirlos el interés que tenías se evapora y desaparece cual empleo en Coca Cola. Procuro controlarme, tengo rachas mejores y otras peores, ahí están los seis añitos de blog que acaba de cumplir el Deborahlibros en febrero para dar fe de que leo más que tsundokeo, pero hay veces que la urgencia es incontrolable y no puedes salir de la librería -física o virtual- sin tu chute. Últimamente tsundokeo más con libros de la biblio, que es mucho más sano y barato y además no ocupa lugar.
Foto vía @RogerDomingo |
3 comentarios:
Ay mamita cómo te entiendo! (y qué poco me gusta que tenga nombre y sea una "enfermedad", yo desde luego no quiero tratármelo).
Yo soy muy de "que alguien me pare", sí. ;-)
¿tsundoku? Ya me parecía a mí que esto tendría que tener un nombre, una etiqueta, un algo... En mi descargo decir que sí, se acumulan libros comprados y no leídos, pero el objetivo es leerlos, pero primero poseerlos ;)
Saludos!
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