Pecata minuta
sábado, 4 de febrero de 2012
Dije que el reto era no comprar libros en papel y ¿cuánto he tardado en caer? apenas he aguantado mes y algo; pecadora barata, eso sí, porque por trece euros no he querido dejar solos los cuentos de Capote y los relatos de Carver en el expositor giratorio. Criaturas. Los tres de Capote porque me encantó Niños en su cumpleaños y el de Carver porque ya iba siendo hora. Me puse doblada de venderlo a toda la facultad de periodismo de la Universidad de Navarra durante unos años y claro, de tanto tenerlo en la mano, apilarlo, cuadrarlo y ordenarlo, le cogí tirria. Pero tenía fichado, sobre todo, el relato que aborda la muerte de Chejov. Y hoy me ha mirado, me ha hecho ojitos y ya lo tengo forrado a mi vera. Vamos, que no me arrepiento en absoluto. Aunque hubiese podido meterlos en el Kindle a precio 0. ¿Por qué voy a renunciar a sentir el placer de toquitear baldas, lomos, volúmenes, cubiertas y solapas en una librería?. He pecado, sí, y no quiero dejarlo.
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